Construcción política ciudadana con vocación de poder v/s oportunismo electoral

Más allá de los bloques políticos dominantes “Nueva Mayoría” y “Coalición por el cambio”, debemos entender que el oportunismo electoral es la interpretación de la política sujeta a los valores y criterios de la cultura Neoliberal. Desde ese punto de vista, la política es entendida como la acción publicitaria llena de eslogan y consignas llamativas, que busca congregar masas con el objeto de transformarlas en sujetos votantes en una coyuntura puntual, las elecciones. Sin embargo, cuando el día de la elección termina, también culminan con ellas, todas las proyecciones políticas que habían, ya que éstas sólo tenían por objeto permitir que un candidato ingresara al poder político institucional y así pudiese obtener un ingreso que le permita satisfacer sus necesidades y que su partido obtenga más dinero para futuras campañas.

 

Cuando hablamos de una real transformación de la sociedad, sin perjuicio de la participación en las elecciones, estamos hablando del desarrollo de un proceso de concientización ciudadana, que apunte a la construcción de poder popular desde la base hasta la cúspide, y no al revés. Pero no es fácil dimensionar en la práctica esta visión cuando tod@s dicen lo mismo, ya que en el mundo al revés en el que vivimos, las declaraciones y las opiniones, son más válidas que las acciones y los argumentos, por lo tanto, es complejo identificar cuando un proceso obedece realmente a uno u otro camino: el oportunismo electoral o la construcción política ciudadana con vocación de poder.

 

Quisiera dejar claramente establecido, que las elecciones son determinantes en el sentido que permiten identificar, por un lado, el estado de la conciencia de la ciudadanía que se comprometen con un proyecto político de transformación, planteado a través de una candidatura y, por otro lado, permite que los candidatos ciudadanos ingresen al espacio en donde las clases dominantes discuten a solas y sin discrepancias significativas los proyectos, decretos y leyes que determinan el destino del patrimonio del país y finalmente las condiciones de vida de la ciudadanía. Sin embargo, ¿Qué sucede cuando se llega al poder institucional, mediante una elección y la ciudadanía no está totalmente preparada para asumir el compromiso político necesario, que significa afrontar las respuestas de las clases dominantes a una candidatura transformadora? ¿Puede la ciudadanía educada bajo los criterios Neoliberales de la política, asumir el compromiso de construir un movimiento ciudadano que funcione activamente antes, durante y después de las elecciones?

 

Para responder a la primera pregunta, la ciudadanía organizada debe evaluar si efectivamente las organizaciones y partidos políticos que se encuentran “presentes” y declaran obedecer a un proyecto político transformador, tienen una práctica política condescendiente con la naturaleza de dicho proyecto. Para eso, se deben evaluar algunos aspectos de la práctica política de dichas organizaciones:

1.     Formación Política: Una organización política que realmente esté interesada en la construcción de poder popular a través de la generación permanente de nuevos liderazgos de nuestro pueblo, es aquella que no sólo participa en ellos, fundamentalmente los propone, coordina y ejecuta. Por lo tanto, la verificación del interés en la toma de conciencia ciudadana es práctico. En ese sentido, y en el marco de una coyuntura electoral la organización no sólo posiciona la figura del candidato o candidata, sino que explica detalladamente los conceptos elementales del programa de gobierno, de manera que tod@s sin exclusión, tengan el conocimiento para explicarlo y defenderlo. 

En caso contrario, el oportunismo electoral apunta a que el pueblo consuma más imágenes y lo que termina primando es la capacidad técnica del publicista, para conquistar la vista de la persona, sin darle mayor relevancia al proceso de concientización a través de la información.

 

2.     Rotación de liderazgos: Esta acción dice relación directa con la formación política, ya que sin ella es imposible que los ciudadanos asuman poder concreto y real. Una persona que no se forma en la política, siempre estará sujeta a un estamento o clase inferior dentro del partido u organización, que reducirá su accionar a roles técnicos y operativos, sin la posibilidad de interferir en los espacios de discusión y análisis, por lo tanto, será sólo un soldado, en cambio la rotación de liderazgos busca nuevos comandantes.

    

3.     Privilegiar los espacios ciudadanos de base, antes que los copulares: Un partido u organización que privilegia los espacios copulares, por sobre los de base, sólo tienen información de sus iguales, tirando por la borda espacios de aprendizaje político operativo, basado en el trabajo concreto y cosas manuales como: difundir trípticos, organizar mítines, coordinar fiestas de financiamiento, peñas, limpiar cocina y baño del recinto. Estos trabajos generalmente son asumidos por ciudadanos de las clases oprimidas, que han decido aportar desde su conocimiento práctico a la construcción de un proyecto político transformador. Por lo tanto, la acción del militante político, es trabajar codo a codo con estos sectores, ya que le permite obtener un conocimiento profundo y vivencial de la clase trabajadora, ya su vez demostrarle a ella que también debe aprender de la política, de lo contrario no podrá ser un actor protagónico. Lo contrario a esta práctica política, es la división social del trabajo expresada en la existencia de sujetos “aptos para pensar y representar” y otros “aptos para labores operativas”, acción que profundiza el culto de los que trabajan a los que sólo piensan. Este es un fenómeno antropológico que se denomina “Culto al Cargo” el cuál, está destinado a la creación de líderes mesiánicos.

 

4.     Postura radical en contra del Autoritarismo - anti argumentativo: Este punto no dice relación con el temperamento de los liderazgos, más bien, con una operación racional que mantiene a la masa subordinada al trabajo de soldado electoral. Este liderazgo negativo, opera cuando la ciudadanía observa críticamente la forma de hacer política de un partido u organización que funciona sobre la base del oportunismo electoral. El conflicto se produce cuando se cuestiona la forma de trabajar, porque no se está buscando hacer conciencia sobre el programa ni los puntos sobre los cuales se trabajan, en tal sentido, el ciudadano deja de ser un simple soldado y disputa el liderazgo del caudillo, situación que este último resuelve de manera agresiva, buscando alejar a este miembro del grupo, sin explicaciones racionales, porque no le interesan en lo más mínimo. Por esa razón, el liderazgo debe ser el de un educador político que forme a quienes tienen menos conocimientos, para que estos en algún momento asuman el nuevo liderazgo.

 

Hay que dejar claramente establecido que los cuatro puntos descritos anteriormente, son una síntesis teórica recogida de la experiencia y la práctica política que diferentes organizaciones han desarrollado en estos últimos años, por consiguiente, debido a su carácter praxiológico (Método para obtener información desde la práctica y la teoría juntas), pueden ser identificadas por los ciudadanos sin dificultad en su experiencia cotidiana en esta nueva tarea de organización política de base.

 

Para Finalizar y a su vez responder a la segunda interrogante, es necesario aclarar que la existencia de estos elementos en un proceso de construcción política: Formación Política, rotación de Liderazgos, Privilegio de los espacios ciudadanos de base, y liderazgo con perfil de educador político, son determinantes para generar la convicción revolucionaria suficiente, para que el pueblo construya un proyecto político ciudadano que funcione antes, durante y después de una coyuntura electoral, de lo contrario, el criterio Neoliberal de la política, entendida como un periodo con fecha de inicio y de término destinado al consumo de publicidad con consignas (criticas o no al sistema), seguirá siendo parte de la identidad ideológica y cultural de nuestro pueblo, y no ganaremos en las elecciones y menos podremos defender nuestras conquistas políticas durante el proceso. En consecuencia, sin estos elementos el movimiento político y social, estará condenado a cederle el paso a la política Neoliberal y la perpetuación de liderazgos con discursos en contra del sistema, pero con un funcionamiento desligado del pueblo y los territorios.

 

 

Además, a falta de nuevos liderazgos con perfil de educador político, los que terminarán llenando esos espacios son ex liderazgos de la política Neoliberal de centro, que se refugiarán en la “independencia política”, en la publicidad exacerbada y le abrirán el camino a elementos de los Bloques Neoliberales, que sin dificultades pueden cambiar su discurso en función de una elección, engañando a los ciudadanos que comienzan un proceso de experimentación política. Por lo tanto, como esta política no tiene capacidad de responder al anhelo ciudadano de transformación, después de las elecciones los ciudadanos se sentirán decepcionados nuevamente por no encontrar un espacio permanente de acción política, situación que se confirmará con la perdida de potenciales liderazgos políticos de base.

¡A FORMAR EL MOVIMIENTO TODOS A LA MONEDA PARA CONSTRUIR LA SOCIEDAD DE DERECHOS!

¡MARCEL CLAUDE PRESIDENTE 2014¡

 

Para descargar este artículo pinche aquí